Este número incluye:
Qué se estuvo haciendo esta quincena en Podelandia
Cómo hice la tapa del Capítulo Dos de El Extrañísimo Kranger
Veoescucholeo: series animadas, mermeladas y asesinas super-cute
Rosario liminal
Anotaciones random sobre Steve Albini
¿Tercer newsletter? Andalaosa, ¡Tercer newsletter! Bienvenidos, amigas y amigos, espero que estén bien. Yo por acá con un toque de frío pero tranca palanca, notando que la quincena pasó rapidísimo y no pude elaborar ningún relatito introductorio de los que van acá al principio, así que estoy literalmente llenando espacio y revoleando líneas al reverendo pedo y ustedes lo están leyendo y no tengo la menor idea de por qué, jaja.
En fin, dejemos de dar pena. ¿Vamos a lo nuestro?
Habiendo transcurrido una quincena más o menos relajada en cuanto a lo freelance, estuve haciendo bocha de cosas.
Ya pueden descargar gratis el capítulo 2 de El Extrañísimo Kranger en versiones cbr y pdf acá mismo, para aquellos que gusten de preservar esta historia en sus rígidos y carpetas. Si está interesado en saber cómo la hice haga un scrollito y se va a enterar. Entre paréntesis, espero que estén disfrutando la lectura de esta historia tanto como yo lo hago haciéndola. El Capítulo 3 arranca dentro de poco y la cosa, se los aseguro, se va a pudrir a niveles estratosféricos. Recuerden, el comic se sube gratis pero si andan con un vueltito pueden suscribirse a PODE+ y solventar esta iniciativa.
Hablando de solventar esta iniciativa, anduve consultando el excel de mis cuentas relacionadas a la futura impresión de mi nuevo coso y lo único que recibí a cambio fue un "pa' qué quieres saber eso jaja saludos" que me estremeció el opertuso. Así que bueno, recalco, subrayo y pongo en negrita el hecho de que si usted está suscripto a este newsletter, sepa que con 400pé por mes bien podría ser un miembro benemérito de ese cónclave de bizarros y estropeados llamado PODE+ y estaría contribuyendo a que los proyectos a imprimir puedan ver la luz del offset. Ah, y dato clave a tener en cuenta: todos los miembros de PODE+ van a poder tener mi nueva mierda a precio de costo. Así como lo escuchó, doña: solo por ser podemiembro le cobro el precio real que me van a pedir los de la imprenta. How cool is that, huh?
Mientras tanto, estando ya en las instancias finales de la Temporada Uno de Peter Pus vía Webcomic Mutante, es hora de abocarse a otro de los laburos que quedaron en el tintero.... y acá nos detenemos para hablar de K1NDR3D. Apenas arrancado el año 2021 empezamos junto a Marcelo Acevedo una proto-biografía apócrifa de Philip K Dick donde fuimos mezclando realidad, ficción y metaverso de modos muy mononos. Por cuestiones que no vienen al caso (o sea, más que nada por culpa mía) el proyecto quedó en criogenia justo en la mitad. Pues bien, anduve focalizando en definir los layouts o planificaciones de página del resto del proyecto con la intención de ir laburando, poquito a poco, en las páginas finales. Mientras tanto, lo ya subido lo pueden leer en su propia página de mi sitio. Así que espero que dentro de poco se vengan cositas relacionadas a este proyecto.
Ah, y también estuve componiendo nuevas musiquitas, pero eso mejor lo dejamos para otro día ;)
COMO HICE LA PORTADA DEL CAPÍTULO DOS DE EL EXTRAÑÍSIMO KRANGER
Un nuevo capítulo de mi oda a la extrañeza está cerrada y como es costumbre en esta casa la compilé como si fuera un comic-book digital, así que fue menester laburar en su portada. Así que si fue de su agrado, y si además gusta de saber cómo fue que la trabajé, acá vamos con 6 pasos bien definidos:
1- BOCETOS PRELIMINARES
Acá de lo que se trata es de ver qué hay en nuestras cabecitas. Ya saben, vomitar ideas, huevaditas de composición, buscar un efecto. Generalmente en el diseño de portadas de comic hay como dos variables bien generales: o se labura una tapa que remita a una viñeta o a una secuencia del interior o se labura en el concepto del número en sí. Y bueno, acá hice un poquito de las dos cosas, jaja...
Hay portadas más fáciles que otras, algunas salen de toque y algunas cuestan lo mismo que pagar la factura del gas con pendejos del orto sacados con una tenaza. Acá tenía una idea desde el vamos y es la que podemos ver ya de pecho en el primer boceto (y que fue la que terminó quedando) y eso se debe a que como en este capítulo a Kranger lo fajan a más no poder, había que recalcar justo eso. Otros bocetos hubieran sido interesantes de explorar pero no me entusiasmaban al 100% como la primera idea. Me gustan mucho las portadas con pocos elementos, que sean contundentes en su composición y que vayan al punto. Y nada mejor que una buena piña para decir que adentro del comic hay problemas.
A todo esto, ¿a qué me hace acordar esa idea de tapa?
2- REFERENCIAS
Oh, sí. Ya está todo inventado, señores. Todos plagiamos al diccionario, decía Borges... Y sí, cuando se me vienen a la mente portadas con palizotas, obviamente que aparece la memoria emotiva y dentro del palacio mental podestiano (?) la referencia a la portada de Lobo: Greatest Hits aparece como avalancha. Así que decidí rendirle un homenajito a Simon Bisley, el dibujante de esta tapa y gran influencia de cuando era nene. Y siendo que en Kranger hay un alto componente meta-historietístico, ¿por qué no abrazar la endogamia al menos por un ratito?
3- LÁPICES
The job itself, folks. Encerar y pulir, encerar y pulir. Si bien no es una tapa que requiera demasiado esfuerzo, igual tiene un truco: por lo general, en un sentido clásico, se dice que se dibuja o el paso previo o el paso posterior a una piña. Es decir, se considera que narrativamente es un punto muerto dibujar el acto en sí, el momento justo, ya que a priori carecería de movimiento y brindaría estatismo. Ésta definición sobre la narrativa de los actos es un debate medio largo y hasta aburrido de contar ahora, nomás diré que está bueno subvertir un poquito las reglas y aceptar el desafío de generar movimiento incluso en puntos muertos. Y Kranger con sus tentáculos en la pera y su fisiología pseudo-cartilaginosa puede dotar de muchísimo movimiento a una imagen. De hecho, Kranger ES movimiento, incluso cuando está quieto. En esencia, y más allá de su personalidad medio extravagante y pelotuda, es uno de los personajes más dinámicos que dibujé...
Así que bueno, lo demás fue focalizar en la cadencia del movimiento del tipo recibiendo la piña e ir sugiriendo por dónde estarían las sombras. Nada muy fancy.
4- TINTAS
Mi parte preferida de todo el proceso. Como el estilo de dibujo que elegí para laburar en Kranger requiere de mucha paciencia y control de línea, creo que estuve 4 sesiones entintando este coso. Pero como dije la otra vez, a la demanda estética de Kranger la acepto con mucho gusto porque a este libro lo estoy laburando al revés que el resto de mis cosas. En vez de estar como anfetoso tirando manchas y rompiendo plumas y estilógrafos, esto es muuuucho más relajado y zen, casi como meditar con un pincel en la mano.
Es más, esa relajación también proviene del hecho de que por lo general el único día que puedo sentarme a laburar en el krangerito son los domingos a la tardecita/noche, justo en la hora del corchazo, jaja... así que en vez de tener los típicos pensamientos non-sanctos que salen en esos momentos, de lo que se trata es de transmutar la mala baba en productividad creativa focalizada únicamente en este proyecto. De hecho de vez en cuando en IG subo historias con alguna fotito del proceso en curso bajo el hashtag #KrangerNights y la cosa pareció volverse hábito.
5- FLATS
Una vez que las tintas ya están terminadas comienza el laburo técnico de post-producción. Se escanea la página, se le retocan los contrastes y niveles, se limpian imperfecciones y mugrecitas, se corrigen mínimas cositas acá y allá, se separa la línea del fondo vía canales alfa y arranca la parte más aburrida y soporífera de todas: las separaciones de color. A este proceso se le llama comunmente "flats" ya que de lo que se trata es de separar con colores planos (o flat colors) los diferentes elementos del dibujo en layers, cosa que quede todo prolijito. Así, como podemos ver, separé los elementos en cuatro layers bien definidos: uno para el cuerpo de Kranger, otro para su ropa, su dentadura y el puño, otro para los ojos y la sangre y el último, el de abajo de todo, es sencillamente el fondo. No importa qué color elijas para los diferentes layers, lo que importa es que estén hechos con colores planos sobre los que laburar después. Como dije, éste es el peor de los procesos por repetitivo. De hecho, hay gente que labura de esto (llamados flatters) y se encargan de asistir a los coloristas en los aspectos técnicos con la intención de optimizar tiempo. Yo de hecho he laburado hace un montón como flatter y fue uno de los trabajos más embolantes que he tenido, jaja
6- COLORES FINALES + CRÉDITOS
Y acá es cuando se labura con el detalle fino. Anduve renegando un toque con la elección de la paleta de color y me decanté por el viejo y querido magenta rabioso y sus derivados análogos o adyacentes. Quería algo que generara una rápida explosión... más o menos como una piña en la cara, je. Dicho sea de paso amo el magenta, me parece un color hermoso para esta clase de situaciones... y sé que lo vengo usando en muchas cosas pero qué va, como se dice por ahí: la fuente Arial no por ser la más usada es la menos efectiva.
Una vez trabajadas las luces, sombras y matices, vienen detalles menores como la textura del fondo, unas pizquitas de luz en donde se produce el impacto, espolvoreo de manchitas en baja opacidad por acá y por allá y listo, ¡portada terminada! ¡Wiiii!
Lo que sigue es el emplazamiento de los títulos, logos y créditos, en donde se agarra el dibujo terminado y se lo ubica dentro de otro archivo con moldes y márgenes. Sé que esta portada es únicamente para la versión digital, pero de todas maneras uno nunca sabe a dónde puede ir a parar. Así que por las dudas, y ya que están esos moldes pre-hechos, no cuesta nada hacer las cosas bien, ¿no'cierto?
Y así fue como hice la tapa del Capítulo Dos de El Extrañísimo Kranger. Espero que les haya gustado, nos vemos la próxima con ART ATTACK! ahre
— UNA SERIE
SCAVENGERS REIGN
(miniserie de 12 capítulos disponible en Max)
Uff, costó pero la terminé. Me pasó algo muy raro con esta serie, tiene todos y cada uno de los componentes para que la pueda devorar en un día o fanatizarme por meses pero me quedé dormido en todos los capítulos y cuando no pasaba eso, o sea cuando estaba despierto, se me hicieron eternos. Y lo peor: cuando la dejaba una noche para retomarla después no me acordaba en qué había quedado el capítulo anterior. ¡Sacrilegio! ¿Seré yo que estoy recibiendo tanto estímulo visual que cuando me dispongo a ver algo me agota o me duerme? ¿Hay alguien en la sala que le pase lo mismo? No digo exactamente con esta serie, sino en general...
Sea como sea, hagamos un listado de cosas que componen Scavengers Reign y que podrían entusiasmar a más de uno. ¿Serie fabulósicamente animada? Check. ¿Ciencia ficción high-concept salida de una Metal Hurlant o de la mente de Moebius? Check. ¿Construcción de un mundo tan hermoso como sórdido, plagado de detalles realmente bonitos y un cuidado puesto en que cada elemento sirva para la progresión de la trama? Check. ¿Premisa sobre la humanidad siendo la peor especie y sobre cómo la ambición y la corrupción puede llevarnos al infierno? Check. ¿Body horror bien extremo y súper goloso en su generosidad? ¡Doble check!
¿Y entonces? ¿Qué pasó acá? La verdad es que no sé, supongo que emana un tufillo medio pretenciosete de a ratos, como que es una serie un toquecito canchera y pagada de sí misma que se regodea en su autoconsciencia de ser "una serie sci-fi para hipsters que escuchan el canal Lo fi Radio" o algo así. No me malinterpreten, la propuesta me pareció demasiado interesante como para ningunearla y ojalá que esta gente no solo haga más series sino que además le abra la puerta a un nicho que pueda generar una nueva legión de seguidores... pero al mismo tiempo, mientras escribo esto, me doy cuenta que soy yo el del problema. La serie es un flasheo hermoso pero carece de ironía. Y a mí me la bajan al subsuelo las cosas sin ironía, full solemnes. No te digo que si no hacen Rick & Morty me pongo malo, pero si vas todo el tiempo con esa carga de rostros enjutos y diálogos que sí o sí te tienen que decir algo requeteimportante tarde o temprano voy a entrar a revolear los ojos pa'los costados. Perdón por ser así.
6 Podestrellitas.
— UN DISCO
PEARL JAM - Dark Matter
Hablando de solemnidad y autoconsciencia, qué pete que es el nuevo disco de Pearl Jam. No sé quién me manda a darles una oportunidad a estos tipos. Habiendo tantas cosas bonitas ahí afuera, tal parece que me gusta regodearme en el lodo gerontofílico de la nostalgia.
Bueno, nada, en vez de darle la lata a un disco que si no me gustó no tengo por qué hablar de él (por lo general prefiero compartir cosas que sí me gustaron, soy de ésos), la escucha de Dark Matter me llevó un debate (interno y eterno) sobre por qué seguir produciendo cosas cuando ya lo dijiste todo desde el comienzo. Recuerdo que con Diego Cortés (q.e.p.d.) hablábamos mucho de esto y él era de la opinión que los grandes artistas, los grandes de verdad-verdadera, tenían muy pocas obras en donde lo dejaban todo y luego se retiraban a cultivar kinotos en la loma del culo. O sea, para él la cosa implicaba esforzarse al máximo en condensar una propuesta artística en como mucho 3 obras, la primera del descubrimiento/batacazo, la segunda de la confirmación/consagración y la tercera la de la experimentación. Después claro, podés seguir laburando nomás por vicio o por placer pero ya sabiendo que el terceto de tu corpus es el que va a quedar como “el gran legado”. ¿Ejemplos? Más que nada literiarios: Joyce, Laiseca, Proust... En fin, palabras polémicas provenientes de un tipo que produjo tanto a lo largo de su vida, ¿no? Pero bueno, Diego no se auto-consideraba gran artista. Má sí, que me estoy yendo por las ramas.
A lo que voy es que no tengo idea si hay que darlo todo en un puñadito de obras. Tampoco sé si un corpus de obra tiene que ser medido por la cantidad o por los vericuetos experimentales que se puedan rebuscar a lo largo del tiempo. Vos escuchás cualquier disco de Motorhead y ya los escuchaste todos… ¡Y eso está bien! O no sé, ahí la tenés a Kim Gordon con setenta y pico de años haciendo noise trap luego de tener cuarenta discos con Sonic Youth. ¡Y eso está muy bien también! Es claro que no tengo respuestas a este embrollo pero supongo que en el caso de Pearl Jam hay algo parecido a cierta comodidad rutinaria (o rutina cómoda, como usted prefiera) que ya no predispone ningún entusiasmo. La mayoría de los integrantes tiene proyectos paralelos y en esos proyectos hay cierta vitalidad, ponele… o por lo menos te generan interés. Me llama la atención que separados hagan cosas con sustancia y cuando esas mismas personas se juntan suenan cansados, oxidados… o peor: irrelevantes.
En lo particular yo recuerdo cuando Pearl Jam sí tenían con qué, a long time ago. Es más, creo que sus primeros discos son los mejores. Los 3 primeros, si me apurás. Siguiendo con la Teoría Cortesiana, el Ten sería el batacazo, el Vs. fue la consagración y el Vitalogy fue la experimentación. Y listo, todo lo demás fue una lenta inercia que devino en fade out, con alguna que otra excepción porque claro, si con 12 discos en total no tenés algún temita más o menos decente entonces andá a enseñarles audioperceptiva a nenes tullidos y norrompálowevo. El punto es que me resulta llamativa su insistencia en declarar que a pesar del tiempo siguen experimentando y vos le das play a Dark Matter y todo resulta más de lo mismo. Sí, ponele que en los últimos 4 o 5 discos los tipos se propusieron ir diversificando su sonido, pero a más diverso más igual. Rarísimo.
Igual digamos todo: Pearl Jam a esta altura es una banda para papás cuarentones que usan remeras desteñidas de Nirvana como pijamas. Una banda para oficinistas que en el viaje al laburo se desquitan con Rearviewmirror y gritan un montón y golpean el volante sintiéndose rebeldes por un ratito. Pagan entradas carísimas para verlos sentaditos desde la platea, no vaya a ser cosa que la ciática se resienta. Y me parece que la banda, a esta altura, son ultra-conscientes de para quién tocan y ese dato les resulta suficiente para estar alimentados y pipones en su criogenia y en su autoconvencimiento de que todavía pueden hacer grandes olas. Allá ellos.
2 Podestrellitas.
— UN COMIC
BENEATH THE TREES WHERE NOBODY SEES (números 1 a 6)
Escrito y dibujado por Patrick Horvath, publicado por IDW y pirateado acá
Woodbrook es un pequeño pueblito a la vera de una gran ciudad y es el lugar idílico de tanques de agua, bomberos amistosos y casas con cercas blancas en el que vive Samantha, una osa con un problemita en particular: es asesina serial. Como tal tiene su metodología, es extremadamente eficiente y por supuesto sigue una serie de reglas, siendo una de ellas la dorada e inalterable que es no matar en su pueblo. Así que de vez en cuando, cuando visita la ciudad para abastecer la ferretería en la que trabaja, se pone en acción y su perversión se libera.
Aún no ha sido descubierta y nada indica que eso fuera a pasar... hasta que en la fiesta de aniversario del pueblo aparece un ciudadano descuartizado en una de las carrozas celebratorias. En efecto, tal parece que hay OTRO asesino serial. Y está trabajando en el pueblo.
Bajo una estética de cuento infantil y con protagonistas antropomórficos, Beneath the trees where nobody sees es gloriosa en los extremos a los que llega. Es realmente un comic pútrido por dentro, corroído y enfermo cuya fachada de simpatía y acuarelas te genera en la cabeza el choque perfecto de sensaciones y sabores. Es como comer una pastafrola repleta de gusanos, como tomarse un licuadito de ojos de vaca.
El laburo de Horvath es impresionante. Mezcla animalitos tiernos con un realismo obsesivo en fondos y objetos que quizá pueda remitir a esa otra gran obra de seres antropomórficos conocida como Blacksad pero acá la aproximación está puesta, como dije, en focalizar ese aura de cuento infantil que descoloca tanto como fascina.
Podría profundizar en las vueltas que va pegando la trama pero realmente prefiero que lo lean por ustedes mismos si tienen ganas y si la premisa básica les interesó lo suficiente. Es un comic muy notable.
8 Podestrellitas.
Hoy: Parte trasera del Bar Marmagal (perdón si salieron movidas, estaba realmente oscuro y no podía quedarme mucho tiempo).






Sobre Steve Albini
Surfer Rosa de Pixies, Pod de The Breeders, Tweez de Slint, muchos de los de Whitehouse, algunos de Veruca Salt, casi todos los de The Jon Spencer Blues Explosion, ¡The art(e) of romance de Fun People! ¡Secret Name de Low! Uno o dos de Mogwai, un par de Godspeed you black emperor, Rid of me de PJ Harvey, Bird Machine de Sparklehorse, un buen puñado de los de Ty Segall (y de Fuzz, uno de sus proyectos paralelos) y por supuesto el In utero de Nirvana. Estos son solo algunos de los más de ¡mil quinientos! discos producidos por Steve Albini. Y en lo personal, estos son algunos de los discos que más me marcaron a muchísimos niveles y en muchísimos sentidos.
Steve Albini la quedó la semana pasada y con él creo que se fue una gran parte de mi memoria emotiva musical. Es el tipo que encerró a PJ Harvey en el mismo granero con el que ella había compuesto sus primeros acordes cuando era nena, es el que torturó a los Slint dejándole colgados micrófonos alrededor para pendularlos con el fin de que el vaivén generara un sonido fuera de este mundo, fue el que abrazó la suciedad, el lo fi y la gama de colores de ruidos como una de las bellas artes, es el que con filosofía punk generó un sonido profundamente característico. El adverbio "profundamente" fue puesto adrede ya que por lo general muchos mis discos preferidos (producidos o no por Albini) tienen como patrón común que me fisuraron la mollera de modo subliminal no solo en mi educación como oyente/escuchante (iba a decir melómano pero no me considero como tal, amén que el término me resulta estúpido, pretencioso y pajero) sino también de manera directa con mi educación sentimental, con aquello que ya me conmueve a nivel sonoro desde las tripas. Y Albini hizo escuela, patria y hogar para toda una forma de laburar y percibir El Sonido (así, con mayúsculas).
Podría escribir toda una monografía sobre este tipo ya que fue uno de los que hizo interesarme por las frecuencias sonoras, por la mezcla de ellas y por cómo darle una actitud a una canción, a una banda o a un mensaje dentro de registros no tan explícitos. Es más, a él le debo dos pensamientos/teorías relacionadas a la música y el comic: 1), que los editores de comics bien podrían “funcionar” más como ingenieros de sonido realzando a un autor antes de corregirlo o enderezarlo, y 2) la historieta como lenguaje está mucho más hermanada con lo musical de lo que podemos pensar y la narrativa historietística puede ser abordada más desde compases, ritmos y cadencias armónicas y ya no tanto como "literatura dibujada" (o peor, como "el cine de los pobres" como se estilaba decir en una época). Si quieren otro día les cuento sobre eso, ahora no viene al caso.
Pero bué, como este es un modesto newsletter y no un paper con monóculo y polera prefiero mil veces hinchar un rato los huevos decantándome por "una que sepamos todos" para que podamos charlar acerca de por qué El Sonido puede ir de la mano y hasta ser mucho más importante que una canción o un disco... y de cómo manipularlo para partir el pavimento.
Ojo que lo que viene es largo... sé que los choclos de texto no serían lindos en tiempos de déficit de atención pero bué, como dije hace quince días, ♫ It's my party and I'll die if I want to ♪
Má si, ¿tienen ganas de leer sobre Nirvana?
Soy el peor haciendo lo que hago mejor
«Sólo estoy interesado en trabajar en discos que reflejen de manera legítima la percepción que la banda tiene de su música y su existencia. Si se comprometen con eso como principio de la metodología de grabación, entonces me voy a romper el culo por ustedes».
Con semejante declaración de principios Albini acordó hacer el disco más conchudo de Nirvana, el que es redondito pero raro, el que no esperaba nadie cuando todos esperaban un Nevermind parte II: La venganza de las camisas leñadoras. Estoy hablando, ofcórs, del disco In utero, un coso que funciona como novio tóxico: te enamora y te deja en pampa y la vía por partes iguales.
La aparición de Albini en las conversaciones de la banda no fue casual ni espontánea sino que era algo que Cobain, como fan de los Pixies y de Breeders, ansiaba como si no hubiera un mañana (esto dicho quizá con un poquito de literalidad, je) luego de los firuletes, efectos y cabriolas peponas de Butch Vig cuando estuvo al mando de la ingeniería y la masterización del Nevermind. Es sabida la enfermedad del amigo Kurt por esas bandas y de cómo quería que la suya sonara como ellas, pero mientras los Pixies hablaban de ovnis y monos en el espacio en plan totalmente irónico y palurdo, y mientras las chicas de Breeders estaban en un mambo mega-fumón andando en bicis por suburbios hechos mierda, el rubiecito acomplejado siempre tuvo una pata en el surrealismo y otra pata puesta en la muerte. Creo que al margen de lo que se puede decir sobre el viejo chiste de que Nirvana "querían sonar a los Pixies", había una diferencia ontogénica muy importante. Pero bueno, creo que me estoy enrollando en aspectos que no vienen tanto al caso (¿o sí?).
En fin, acá quizá valga un desvío necesario: no hay mejor manera de entender cómo labura un ingeniero de sonido que con los dos últimos discos de Nirvana como arquetipos. El ejercicio de discernimiento entre uno y otro es simple: le das play al Nevermind y ya desde el vamos Smells like teen spirit rezuma claridad. Es decir, cada instrumento y componente es perfectamente diferenciable y va en composé con cada uno de los sentimientos que la canción tiende a direccionarte. Hasta ahí todo de dié, por más que la propuesta suene desestabilizadora, sin embargo por H o por B suena "bien".
Ahora bien, dicha claridad es un constructo. Y en tanto construcción de sentido hay una serie de sutiles trampitas ya que hay una mediación artificial en la limpieza y manipulación de esos sonidos que pueden alterar o eliminar frecuencias con el fin de respetar y "poner al frente" cada uno de los instrumentos. O sea, si suena claro es porque hay un manejo en el medio que potencia dicha claridad.
Estos firuletes, además de trabajarse en post-producción o desde una consola también están desde el vamos, desde la grabación en sí misma. A todo esto, Butch Vig venía de una percepción más popera sobre la metodología de grabación. Esto implicaba por ejemplo separar a cada miembro y registrar el sonido de manera aislada, sin el ambiente ni ninguna otra cosa interfiriendo. Se trata entonces de la búsqueda de un sonido determinado tal cual es para después, si se quiere, laburarlo encima. Así, el amigo Vig en este sentido se hizo fama de "limpiador" de muchas bandas que a priori su caracerística fundante era cierta suciedad y desparpajo espontáneo: L7, Sonic Youth, Helmet o Smashing Pumpkings son los ejemplos más claros. Bandas que, por otro lado, venían del under más pulgoso y que por aquel entonces estaban siendo apadrinadas por grandes discográficas, lo que implicaba que si había un tufillo "mainstream" entonces era necesario establecer un cambio en su sonoridad para abarcar a una audiencia más amplia y remolona.
Por otro lado, o quizá ensanchando lo dicho, Nevermind es un disco pensado desde lo que se conoce como double-tracking: se trata de panear al mismo tiempo al menos dos tomas de guitarras y de voces para dar una sensación de "engorde". Para bien o para mal hay un sentido bien claro en este método y en el caso en particular de Nirvana entendamos que estamos hablando de un trío: guitarra (y voz), bajo y bata. Cuando se presenta algo así siempre van a haber productores con abordajes distintos a la hora de encarar el hecho de que una banda con pocos integrantes suene, digamos, llena. Y el double-tracking resolvería cierto "vacío" ya que qué mejor que un desdoblamiento de guitarras para potenciar una amplitud, ¿no? A todo esto, este método era algo que frustraba a Cobain, quien era más visceral o intuitivo cuando tocaba y cantaba. Imaginate grabar tomas y tomas de un mismo tema hasta el cansancio para que encuadren dentro de un mismo espectro sonoro... un embole. De todos modos, los tres Nirvanas siempre dijeron (al menos on the record) que era exactamente el sonido y el desafío que estaban buscando para ese disco en particular, quizá porque a fuero interno sabían que probablemente partirían el pavimento con lo que se traían entre manos. Entonces lo que primó fue una sensación de "te endulzo los oídos para rompértelos después", algo que dicho sea de paso probablemente iba en consonancia semántica con sus composiciones y estructuras cercanas al loud-quiet-loud tan propio de Pixies. Bah, no sé, capaz la estoy flasheando.
Por supuesto, ponele que los pibes mááás o meeeenos intuían que con Nevermind podrían dar algo así como un batacazo, lo que no intuyeron nunca fue que habían creado un disco que descuajeringó la historia musical como hacía rato no pasaba. Ni siquiera los capangas de Geffen Records se vieron venir la avalancha seguida de maremoto que significó este disco para millones de seres humanos. De la noche a la mañana Nirvana eran dioses sobre la tierra y esto en vez de entusiasmar a Cobain, le dieron ganas de patear el tablero y mandarlos a todos a cagar.
Esto es ya sabido: después de Nevermind la primera decisión del grupo fue lanzar Incesticide, que no era otra cosa más que un compilado de rarezas, lados B, covers y demos más o menos remezclados. Cualquiera podría pensar que después de un disco parteaguas una banda podría juntarse a cranear algo que supere eso, pero Nirvana no tenía intenciones de caretearla y largaron el que (para mí) es su mejor disco por lejos. Y sí ameo, ahí se ve realmente cuál es su programa artístico, se puede apreciar ese hermoso caos de distorsiones matizado por estructuras pop y se advierte que Cobain además era un letrista de la concha'sumadre.
Me odio y me quiero morir
Ya con la fama y la papota en mano y pudiendo darse ciertos lujos fue cuando se establecieron lobbys y aproximaciones para que Albini fuera el ingeniero y productor de lo 100% nuevo de la banda. Nota al pie: ya Cobain a esta altura estaba muy quemado, muy roto, demasiado puesto y con claras intenciones tanáticas. Para muestra basta el botón, In Utero se iba a llamar I Hate Myself and I Want to Die hasta que Novoselic, el bajista, le dijo a Cobain "che, ¿me parece a mí o te estás pasando 5 paradas con el nombrecito?", jaja.
Albini, hasta entonces, medio como que menospreciaba a la banda. Y no se trataba de que fuera cabroncito (que sí lo era y mucho) sino más bien era una cuestión de principios. Convengamos que toda la escena indie no estaba muy dicharachera que digamos con el hecho de cómo fue que Nirvana pasó de ser una bandita que apenas llenaba antros calurosos a firmar contratos millonarios con Geffen y llenar estadios por todo el mundo. Convengamos también que era una época en la que esto mismo le estaba pasando a muchas bandas, habiendo pasado el furor tanto del glam-rock como del glam-metal y las discográficas rapiñaban "ezo ke ezcuchan lo pibe". O sea, a esto mismo le pasó a Sonic Youth, por ejemplo, o apenitas unos años después a Green Day y a una bocha de bandurris locas. La sombra del estigma punketón del "eh loko, shá no só igual, ¡te vendiste al sistema!" en ese entonces estaba muy omnipresente. Y Albini en un punto venía de ese palo taxativo y su sarcasmo hacia Nirvana no era muy sutil que digamos... pero bué, charla va, charla viene, y ante un sincero compadecimiento de su parte de ver una banda que se había vuelto super-famosa y que no sabía qué hacer con eso porque en el fondo estaba quemando cromo, finalmente el tipo accedió luego de que El Kurco le pasara un par de demos de lo que serían las canciones finales. Vio que ahí había algo y después de escribirles una carta de cuatro páginas (que sugiero que la atesoren porque capaz les sirva para un montón de cosas así hagan música, tejan al croché o laburen en un call-center ) hubo amor y consenso y maripositas en la panza y arrancaron de pecho a grabar.
Albini, al revés de Butch Vig, tenía un concepto más do it yourself, más terrenal y al mismo tiempo improvisatorio. Esto se expresó sonoramente poniendo a toda la banda, sin separaciones ni peceras aislantes, en el centro de un estudio rodeado de chotomil micrófonos. Así se podía rescatar un sonido más "puro". Ojo, pureza no significa claridad destilada, todo lo contrario. Acá lo que primaba era la banda sin filtros ni sarasas. Mostrá lo que tenés sin huevaditas ni correcciones, papu. Puro nervio o andá a cantar a un karaoke temas de Pier, viteh.
La grabación en sí duró 6 días, algo que a las claras seguía una de las reglas de Albini, quien había declarado alguna vez que "si un disco tarda más de una semana en hacerse, entonces hay alguien entre nosotros que es mediocre y la está cagando". Después hubieron cebamientos y experimentitos locos para reforzar cosas acá y allá: grabar baterías en baños y cocinas para rescatar una reverberación natural, pelotudear con pedales en ciertos temas... en fin, todo el laburo fino que correspondía a ubicar los patitos en fila pero siguiendo, de vuelta, la misma premisa de crudeza inicial.
En suma, es por eso que In Utero suena tan "raro" con respecto a Nevermind. En In Utero hay un halo ominoso rodeándolo todo y todo suena áspero, gordo, grasoso, hasta diríamos sludge, con el perdón de los Melvins. Si bien las canciones hablan de muerte, parásitos, homenajes a la novela El Perfume de Patrick Suskind, violaciones (no tan) metafóricas, plagios a Los Brujos (je) y abstracciones grotescas que siempre derivan en el corchazo entre otras menudencias para toda la familia, la médula ósea del disco en sí está atravesada por una pesadez pachorresca total. En Nevermind el redo de la bata suena prístino, en In Utero suena a un chapadur; en el primero cada platillo tiene su razón de ser, en el segundo se parecen a latas oxidadas de fondo y que si las golpeás medio enrevesadas te pueden cortar la muñeca. Si Nevermind es un brilloso camión Scania con doble acoplado y detalles cromados avanzando echando putas, In Utero es un Monster Truck de ésos con ruedas gigantes atestado de cadáveres yendo derecho contra un paredón.
Por supuesto que tanto los jefotes de Geffen como el público en general arrugaron la naricita con el disco. Incluso a Cobain mismo al principio no le cabía del todo y en un punto hubieron discusiones sobre re-grabarlo de cero con otro ingeniero. Para sintetizar, hubo toda una intriga palaciega de lleve y traiga, declaraciones a los medios y chusmeríos babososos hasta que finalmente se acordó re-mezclar los dos singles más famosos (Heart Shaped Box y All Apollogies) y Albini en un momento quedó en orsai y con su reputación un toque averiada que hizo que no consiguiera laburo por un año debido a todo el mumbo-jumbo generado.
Y no es para menos. El disco a nivel sonoro propone como rasgo tácito algo del orden del malestar, de lo incómodo, de que "había algo malo pasando ahí" y no es ni más ni menos que una transmigración de los sentimientos de Cobain en esos años finales que encontró en Albini el catalizador justo para describir por lo bajo que todo se estaba yendo al choto.
Y sí, es un disco raro que funciona como antesala al peor final y forma parte de una amplia galería de discos que son así. ¿Dos ejemplos bien conocidos por todos? El After Chabón de Sumo, salvando las distancias, declara exactamente lo mismo que In Utero. Y ponele que L.A. Woman de The Doors sería como el papá de todos estos. Son discos que son en esencia tripas afuera y melancolía en carne viva proyectados en notas, ritmos y melodías que cuando los escuchás te predisponen de un modo que no sería el mismo si no tuvieran la carga semántica de un tipo atrás interpretando ese devenir. Sí, por supuesto, Kurt, Luca y Jim estaban en cumbia cuando grabaron lo que grabaron. Pero todos atrás estaban subidos a ese tren, percibiendo, canalizando y/o acompañando. Y detrás de esa gente estaba el armador que podía leer las fibras existenciales y trasladarlas a un sentimiento de requiem sutil, subliminal, subversivo en sentido estricto. De esa clase de personas existen dos o tres por cada generación.
Por eso ése, amigas y amigos, es el verdadero poder de la ingeniería de sonido: el determinarte psicológica y emocionalmente que cuando escuchás X mierda algo raro está aconteciendo, que no podés asirlo del todo pero de repente te duele la panza o te colgaste mirando por la ventana pensando en nada, cavilando en todo.
Que descanses en paz, Esteban. Gracias por el tinnitus que me ocasionaste y del cual no me arrepiento de tenerlo niempedo porque tu ruido va a vivir en mí hasta el día que reviente como un sapo.
Fuaah, qué manera de escribir, mecagüenperón. Ok, hora de juntar los petates y tomarse el palo, que hay mucho que hacer por estos lares. Dicho sea de paso, hay un montón de nuevos suscriptores a este newsletter y desde ya les estoy muy agradecido por acompañarme, realmente es un placer para mí traerles esta clase de mierdecillas bonitas. Espero estar a la altura en futuros boletines.
¿Nos vemos en 15 días? ¡Pásenla lo mejor que puedan!